Vitrales de St. Helena


HISTORIA

En el invierno de 2015 en una reunión del concejo parroquial de la recién erecta parroquia de santa Helena, se abordó el tema de reemplazar la cortina, que colgada detrás del tabernáculo, ocultaba la vista del mismo desde el exterior a través del transparente cristal de la ventana . Entre las múltiples opciones que fueron presentadas, la idea de convertir la ventana detrás del santísimo en un vitral fue tomando fuerza. Un feligrés que asistió a la reunión como observador, ofreció hacer las averiguaciones respectivas con miras a determinar el costo del proyecto. En la siguiente reunión del concejo, el feligrés en mención presentó dos cotizaciones y ofreció cubrir los gastos en su totalidad. Un extenso debate se generó entorno al contenido del vitral y el padre Pedro Poloche en su condición de párroco sugirió un vitral que mostrara los siete sacramentos de la Iglesia.
Para entonces la idea se amplió a convertir las siete ventanas del templo parroquial en siete vitrales, representando cada uno de los siete sacramentos. Hubo un consenso unánime por parte del consejo parroquial; pero el padre Pedro hizo notar que algunos feligreses no estaban de acuerdo con cubrir la vista de las montañas a través de las ventanas. Se acordó entonces someter a un plebiscito parroquial el proyecto. Una vez llevado a cabo el plebiscito y con la mayoría de los feligreses a favor de los vitrales, se le encomendó al párroco el diseño de los símbolos sacramentales a ser representados. Los diseños fueron tomados por el párroco de un catecismo editado en 1932, a los cuales el mismo párroco le hizo algunos ajustes. Los vitrales fueron instalados la primera semana del mes de mayo de 2017, y su bendición y dedicación tuvo lugar el domingo 7 de mayo del mismo año.

FORMAS Y COLORES:

PERIDOT: es el color predominante en los vitrales, en una clara referencia a santa Helena, cuya fiesta se celebra el 18 de agosto.
RUBÍ: es visto en las franjas centrales en abierta referencia al santo sacrificio de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo.
ÁMBAR: es el color que enmarca los bordes y es usado para evocar la santidad del recinto al igual que el llamado constante a la santidad que se nos hace a todos los cristianos.
ZAFIRO: representa la sabiduría de Dios y su fidelidad a sus promesas. Se escogió como una forma tácita de honrar la memoria de la esposa e hija del feligrés que donó los vitrales.

Los sacramentos están distribuidos en forma ascendente desde el costado oriental del templo hacia el centro, donde el punto más alto lo ocupa la representación de la sagrada eucaristía; pues ella es “fuente y cumbre de toda la vida cristiana” , y “los demás sacramentos, al igual que todos los ministerios eclesiásticos y las obras del apostolado, están unidos con la Eucaristía y hacia ella se ordenan, pues en la Sagrada Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona”.

LOS SIETE SACRAMENTOS

EL BAUTISMO

Es el sacramento de la regeneración por el agua y el espíritu Santo. La concha marina representa el bautismo y el agua es la materia propia del sacramento. El bautismo marca el comienzo de la vida cristiana, la puerta a la vida de gracia y a la recepción de los demás sacramentos – representados aquí en las siete gotas de agua. Por el bautismo somos liberados del pecado y renacemos como hijos de Dios, miembros del Cuerpo de Cristo e incorporados a su pueblo, la Iglesia.

LA CONFIRMACIÓN

Es el pentecostés personal de todo bautizado, la recepción plena del Divino espíritu, representada en la paloma que desciende. Las siete leguas de fuego representan los dones del espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

LA PENITENCIA

Consagra el proceso de arrepentimiento y conversión personal del pecador, y es representado con las dos llaves entrecruzadas y la mano que absuelve. Las llaves son el símbolo del poder dado a la Iglesia de atar y desatar, y la mano representa la autoridad para perdonar pecados que Cristo extendió a los apóstoles y a sus sucesores.

LA EUCARISTIA

Es el sacrificio del cuerpo y sangre de nuestro Salvador instituido por Él durante la última cena. Es la plenitud del misterio de santificación del mundo en Cristo y de la adoración ofrecida a Dios por medio de Cristo y bajo la acción del espíritu Santo. Un cáliz y una hostia rodeados por el fruto de la vid y las espigas de trigo representan el sacrificio de Aquel que no solo se ofreció a sí mismo como víctima de propiciación por nuestros pecados, sino que además quiso permanecer en el pan y el vino consagrados como alimento de vida eterna.

EL ÓRDEN SACERDOTAL

Es el sacramento a través del cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles se prolonga en su Iglesia. Es el sacramento del ministerio apostólico. La estola, que es una tira de tela larga y delgada representa la autoridad para enseñar, gobernar y santificar y el libro abierto de la Palabra de Dios representa el llamado a permanecer fiel a la Palabra que Salva y de la cual el ministro ordenado es servidor.

LA UNCIÓN A LOS ENFERMOS

Es el sacramento confiado a los discípulos por Cristo, quien los invitó a ser partícipes de su ministerio de compasión y sanación para con los enfermos, de modo que ellos “predicaron la conversión, expulsaban demonios y ungían con aceite a muchos enfermos para que se curaran.” Por ende la Iglesia confiesa que entre los siete sacramentos, Cristo estableció uno especialmente dedicado a fortalecer a quienes padecen enfermedad, el cual se representa con el frasco de óleo y el ramo de olivo.

EL MATRIMONIO

Es la alianza mediante el cual el hombre y la mujer establecen entre si una unión de amor y vida. La sagrada escritura declara que el varón y la mujer fueron creados el uno para el otro “no está bien que el hombre esté solo.” Y por eso “dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”. De ahí que “la alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados”. Las alianzas matrimoniales simbolizan el compromiso de amor y fidelidad de los esposos.

Datos Curiosos:

Los Siete Sacramentos de la Iglesia se organizan en tres grupos: Los Sacramentos de Iniciación Cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), los Sacramentos de Sanación (Penitencia y Unción) y los Sacramentos de Servicio (Órdenes Sagradas y Matrimonio). Siguiendo dicha distribución, el orden propio de los sacramentos en los vitrales debió ser: Bautismo, Confirmación, Penitencia, Eucaristía, Unción, Órdenes Sagradas y Matrimonio. Sin embargo, dado que el proceso de instalación de los vitrales en la parroquia tuvo una férrea oposición por parte de un grupo de feligreses y generó una crisis al interior de la comunidad, el padre Pedro en su condición de párroco decidió alterar este “orden perfecto” como una manera de recordar que si bien la Iglesia está llamada a la perfección en el amor, todavía tenemos que padecer y superar las imperfecciones propias de nuestra condición humana.